Jorge Falcone ensaya en este trabajo una resignificación del nacionalismo revolucionario, una de las tradiciones emancipatorias y una de las escuelas políticas plebeyas más importantes de la Argentina y de buena parte de Nuestra América. En paralelo a esa resignificación propone otra, la de la praxis revolucionaria de toda una generación militante, la suya, la de los 70.
El planteo de Falcone resulta perturbador porque es limpio, neto y apacible, pero, principalmente, por la legitimidad de su emplazamiento, construido con la sólida materia de una vida militante, con los bloques de su intransigencia frente a las fachadas. Al mismo tiempo debemos considerar a los interlocutores de este auténtico breviario para la militancia: las organizaciones populares, los movimientos sociales portadores de otros mundos que con su praxis buscan fundar una política revolucionaria que transforme la sociedad desde abajo hacia arriba, desde adentro hacia afuera, desde lo singular a lo universal.

Del Prólogo de Miguel Mazzeo