El trabajo humano no se limita al área de la economía, como nos pretende hacer creer una epistemología tradicional, que separa rígidamente la realidad por disciplinas. Está profundamente enraizado en la cultura, en la trasmisión de sus saberes prácticos y técnicos, como también en la cosmovisión que le da sentido a la vida cotidiana. Y esta investigación colabora de modo potente en ese sentido, enfatizando la perspectiva de género y dando visibilidad a la riqueza en la producción sociocultural de la economía popular. Contribuye así a pensar la reconfiguración del mundo del trabajo en un nuevo escenario planetario y, en particular, el modo en que las organizaciones realizan aportes para la construcción de pedagogías para nuestro pueblo.
Los trabajadores de los movimientos sociales, protagonistas de este libro, a los que el Papa Francisco llama “poetas sociales” por su capacidad de creación, son los invisibilizados en los grandes medios y en las agendas de política pública. Son estigmatizados también por muchos como una de las razones del fracaso de los gobiernos de nuestro país (incluso los progresistas y populares) para eliminar la pobreza de modo estructural. Este texto contribuye al fortalecimiento de las organizaciones, y se enfrenta de ese modo a los proyectos que sueñan un mundo de consumidores compulsivos sin pueblo, sin cultura, sin sueños de plenitud.

Del prólogo de Lidia Rodríguez